¿QUERÉS QUE TE CUENTE?

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LEYENDA "El Coquena y los dos hermanos"



La leyenda del zapallo.
Hace mucho tiempo existía una tribu llamada CAYUBÍ, que vivía cerca de una montaña. El problema era que se venían las largas épocas de invierno y no tenían suficiente comida como para sobrevivir, ni alimentar a toda la tribu.
Entonces, un día, el cacique Antáy decidió que él, su esposa y un grupo de personas fueran a la cima de la montaña a buscar comida, al llegar a la cima, se encontraron con un viejo sabio llamado Okutalí.
-Yo sé cómo pueden conseguir comida, sólo síganme.-dijo Okutalí.
Las personas lo siguieron y se encontraron con una enorme planta cuyo nombre era A´s.
-La única manera de poder conseguir el alimento que hay en el árbol es sacrificando una persona.
El cacique se ofreció a ser sacrificado para alimentar a su tribu. Las personas se negaron y volvieron a sus casas. Nadie quería perder al cacique.
Pero a la noche, Antáy, se escapó y se fue a la montaña. Allí, caminó hasta A´s, la planta, y se sacrificó.
Al día siguiente, las personas se preocuparon y fueron hasta A´s.
Allí encontraron a Antáy convertido en un enorme zapallo naranja. Lo abrieron y encontraron muchas semillas, que plantaron y pudieron alimentar por generaciones.

De esta manera, nace el zapallo.
“ALICURÁ, EL CREADOR DEL ZAPALLO”
La tribu Raibué era muy unida, se ayudaban y… bueno, empecemos con la historia.
Ellos tienen un origen diferente que los une y dicen que muchas cosas pasaron ese 24 de noviembre de 1840.
Empezó la falta de agua, el Rio Nahua se había secado, debajo del antiguo Rio se encontraba el Dios del Agua, Alicurá, a la cual acudieron los Raibué para pedirle agua y comida. El buen hombre les entregó unas semillas blancas, no entendían nada, él les explicó que debían cuidarlas y regarlas ¿pero con qué? -Con la lluvia que mandaré- dijo Alicurá, con tono pacífico.
Luego de meses, en ese lugar, surgió un dulce alimento de color naranja, era el zapallo que haría que la población jamás tuviera hambre ni sed, el Rio había vuelto a ser el mismo.
”Mi zapallo dulce”
Hace cientos de años, en una tribu aborigen había una chica llamada Sara que era tan dulce y buena con los demás que todos confiaban en ella.
Un día  sus padres le dieron una extraña semilla  para que plante en la huerta. Los días pasaban pero la planta no maduraba.
Su familia rezaba para que crezca, hasta que un día, Sara fue a visitar a la planta, y le dijo cosas dulces, luego una raíz atrapó su pie, el Sol los iluminó transformándolos en un solo ser, al que llamaron “Zapallo Dulce”.


LA CUEVA DEL MISTERIO
Había una vez en un bosque muy lejano una tribu en la que vivían aproximadamente cincuenta miembros.   El jefe  era un malvado hechicero llamado Maxwell, quién establecía reglas y las hacía cumplir a raja tablas.  Era el único que tenía acceso a la cueva oscura,  un refugio que fue construido por  sus ancestros.  Esto creaba incertidumbre en la multitud.
Un día muy lluvioso, un grupo de individuos motivados por un viejo sabio  se reveló contra la máxima autoridad.   Trataron de ingresar por la fuerza por la  parte de atrás de la cueva.  Kelo, el  guardián más eficiente de la tribu, vio a los hombres que querían develar el misterio que esa cueva guardaba tan secretamente. Enseguida llegó el jefe y los policías, detuvieron a los delincuentes y los llevaron como castigo, en una precaria canoa, a una isla desierta.
Este hecho  hizo aun más fuerte a Maxwell y así le demostró a la comunidad que era imposible ir contra él, por lo que seguirá siendo por décadas el hechicero  más poderoso de la tribu.


Tobías Carle y su mamá Patricia


CAPERUCITA AZUL Y SUS OJOTAS MÁGICAS
Cuenta la historia que en el bosque encantado de la comarca Walu, vivía Caperucita Azul, una bella niña que siempre vestía con su color favorito, el azul.
su deseo era tener un par de ojotas mágicas que la hicieran volar, pero existía un problema, las ojotas estaban en un castillo tenebroso donde nadie quería ir.
El castillo se encontraba  al otro lado de la comarca, para llegar allí, Caperucita debía ser guiada por un pájaro brujo. él le dijo cómo debía entrar al castillo para encontrar las ojotas mágicas.
Cuando la niña llega al lugar y por fín las encuentra, lo primero que hace es ponérselas  y volar por la comarca. 
Desde  allí en adelante, todos los días pasea por el bosque volando con sus ojotas.




Guadalupe Cagnolo y su papá Horacio
Lourdes San Martín y su papá Adrián


LA BAILARINA

HABÍA UNA VEZ UNA BAILARINA QUE ESTABA MUY DESANIMADA  , POR QUE ELLA NO ENCONTRABA UN RITMO  PARA HACER SU COREOGRAFÍA.
https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjP4XuKWrH7EdezMEfculyrwnEQjwsLt_0ZwwnZMKmI3vUrZYKgwEKKp4Y_3eq5bGkdtUKGT9npJtPCa0abKzKok4ZhsBMeDV_tdZAIxh-nzMsfbPxuXaQPCfNMKxEBSYt7fyhYNXEJ1hL_/s1600/AG00181_.GIFUNA TARDE SALIÓ A CAMINAR POR UN CAMPITO CERCANO PARA PODER PENSAR CUÁL ERA EL RITMO PERFECTO PARA SU BAILE , CADA VEZ ESTABA MÁS DESANIMADA,
 YA SE ACERCABA EL DÍA PARA SU PRESENTACIÓN  CUANDO DE REPENTE ESCUCHÓ EL CANTO DE UN GALLO Y EN LA OTRA PUNTA SE ESCUCHABA CROAR UNA RANA Y JUNTOS FORMABAN UN BUEN RITMO.
ASÍ EMPEZÓ A BAILAR  Y LE SALIÓ UNA COREOGRAFÍA MUY LINDA  Y DIVERTIDA.

Tomás Ponce, Joaquín y su mamá


Había una vez un hombre que vivía en un castillo maravilloso.
El hombre pasaba el día cultivando sus frutales, sacaba las hojas secas, regaba las plantas, rastrillaba los yuyos. Todo transcurría normalmente, era feliz observando sus frutales.
Cosechaba manzanas, naranjas, cerezas, peras, duraznos de todas las variedades.
Todo el pueblo admiraba sus frutas.
Un gran día cuando despertó y salió a ver sus cultivos se encontró con que habían desaparecido, fue un gran misterio.  Esta situación ocurría día tras día,  desaparecían como  por arte de magia. muy preocupado por lo que sucedía decidió investigar.
una noche salió del castillo para ver qué ocurría.
lo único que encontró fue unos perros que rondaban el lugar. no le pareció raro aunque uno delos perros era misterioso, siempre avanzaba delante de ellos como queriendo atacar.
esto sucedió durante tres noches seguidas
en la cuarta noche de luna llena, el hombre se encontraba vigilando cuando escuchó un helicóptero que quiso descender entre sus frutales, los perros se asustaron y uno lo mordió.
se fue al castillo a descansar, cuando de repente le salieron pelos en todo el cuerpo, un hocico de perro, grandes garras y una cola.
se dio cuenta que tenía mucha fuerza y se había transformado en un hombre lobo.
cuando salió a su casa se da cuenta que su casa estaba fea, triste y que su maravilloso castillo se había convertido en tenebroso.
a la noche nuevamente descendió e helicóptero, y como él estaba triste, decidió subirse e irse bien lejos para nunca más volver.

Alejandro Sola, Sofía Baninetti y sus mamá Luciana





VOY A BUSCAR TRABAJO
Me llamo Edgardo, hoy viernes tengo una entrevista de trabajo,  voy en mi auto y se rompió, estoy escuchando música de mi teléfono, tengo la dirección escrita  en un papel, estoy nervioso porque no sé cómo es el jefe, dicen que en su oficina tiene una ventana grande que da a la calle por la cual se pueden ver cómo crecen las flores.
Toqué la puerta y el jefe dijo:
-Pasá te estoy esperando!
Pasé y luego de una breve charla me contrató.
Me despedí de él y volví a mi casa a compartir la noticia con mi familia.
Celene  Bertola

  
UNA HISTORIA MARAVILLOSA
Una día la seño nos pidió que contáramos alguna aventura que hayamos vivido durante las vacaciones de verano , ocasión que vimos oportuna para contar la más extraña y maravillosa historia que  haya podido vivir un niño de diez años .
Nuestra historia comenzó en diciembre luego que terminaran las clases, nosotros nos habíamos juntado en la casa de Mateo para ir a pescar a la laguna La Felipa, con Brian y Franco nos fuimos en bici, al llegar, Mateo nos esperaba y juntos salimos sin saber lo que nos esperaba esa tarde.
Cuando llegamos a la laguna, armamos las cañas y con unas lombrices que habíamos llevado en un frasquito nos dispusimos a sacar el pez más grande que se haya escuchado sacar de esta partes del país.
Luego de más o menos una hora de no pasar nada pasó algo inesperado, las tres boyas de nuestras cañas se hundieron al mismo tiempo y con una fuerza que no podíamos explicarnos, nosotros empezamos a tirar con fuerza pero era casi imposible sacar ese pez del agua.
Tiramos y tiramos hasta que ya no tuvimos fuerza, los tres al mismo tiempo y de un tirón pudimos ver al monstruo que  se había enganchado en las tres cañas al mismo tiempo, era un enorme Bagre que a nuestro cálculo pesaba mas de quinientos kilos.
Cuando lo pudimos sacar nos pasó algo rarísimo que hasta hoy no podemos explicar, de alguna forma el Bagre nos hizo entender que su vida estaba en agua y que no éramos nosotros quienes lo debíamos sacar, ya que él era el pez más viejo de la laguna y su destino era morir ahí.
Los tres, con mucho cuidado le sacamos los anzuelos y lo dejamos libre de nuevo y prometimos    hacer todo lo que estará a nuestro alcance para proteger a los peces de la laguna La Felipa.
Aunque esta historia parezca mentira nosotros podemos asegurar que así paso.

Franco Gmelin, Brian Funes, Mateo Abitbol y su papá Faustino






LOS DÓLARES MÁGICOS
Witch era una hechicera muy popular en el pueblo de Ghostilandia, todos deseaban ser sus amigos y poder disfrutar de sus trucos mágicos y poderes sobrenaturales. Todos los años en Ghostilandia se celebraba la Convención anual de Hechiceros, en donde se elegía al Rey y la Reina, no por ser los más lindos, sino por su extrema fealdad. Se daban premios por los hechizos más extraños y las brujerías más perversas.
 Como todos los años, Witchie, como la llamaban sus amigos, comenzó a prepararse para el gran evento: compró una gran capa rosa hecha de tela de araña, unos zapatos de piel de abeja y unos bellos aros de aguijones de alacrán. La combinación perfecta para una fiesta de la que hablaría todo el mundo.
 La noche tan esperada llegó, Witchie bajó de su Dinolóptero (una especie de dinosaurio volador) y entró por la puerta VIP. Ella caminaba y saludaba a la gente quienes la aplaudían y gritaban que sería la próxima reina de la convención. Tan feliz estaba de sentirse el centro de la fiesta que en ningún momento se acordó que había dejado su cartera con dólares dentro del Dinoloptero. Al darse cuenta del grave problema(su cartera era el origen de toda su magia) pronunció un hechizo que le hizo salir alas de su espalda y así pudo llegar rápidamente a su vehículo y recuperar su cartera con dólares.
 Cuando recobró la calma y hubo chequeado que todo estaba en su lugar y tenía la cartera en sus manos, volvió a la fiesta donde todos los invitados estaban esperando por ella y justo en ese  momento ella oyó que estaban diciendo su nombre no porque había sido elegida como reina de la Convención sino porque la Policía la buscaba para cobrarle una multa por mal estacionamiento!
María Victoria Cinalli y su mamá Marcela



TERROR EN LA CUEVA OSCURA
Hace muchos pero muchos años un grupo de chicos de sexto grado se fueron de campamento a Carlos Paz.
A la noche cuando estaban todos durmiendo, cinco chicos salieron de sus carpas y empezaron a caminar por el campo hasta que llegaron a una cueva, curiosos por ver lo que había entraron y se encontraron con una, cartera cuando lo abrieron vieron que estaba llena de dólares, cuando quisieron escapar con ella, apareció una  hechicera que se la quiso quitar, como los chicos se resistían les tiró, con una pócima y los durmió entonces la  hechicera les sacó la cartera y huyó.
A la mañana siguiente se despertaron, estaba todo oscuro, asustados salieron corriendo de la cueva y fueron a encontrarse con sus compañeros y cuando llegaron vieron una gran fogata, se asustaron y al acercarse vieron que estaba la hechicera con sus amigos y trataron de sacarle la cartera, todos juntos corrieron, cuando la abrieron vieron que no estaban más los dólares, volvieron a la cueva y  buscaron por todos lados pero no encontraron nada.
Llegó la hechicera, los metió a todos en una olla gigante y los empezó a cocinar y justo en el momento que se los estaba por comer uno por uno… Juan despertó y se dio cuenta que fue todo un mal sueño.
                                                      
Gaspar Garay y su mamá Marina


UN VIAJE DE LOCURA
Nos  invitaron  a  una  fiesta de egresados ,  realizamos  un  viaje donde  cruzamos  autos  nuevos  y de  todos  colores, en  el  camino encontramos una  bolsa con  mucho  dinero en  pesos.
Nos  enteramos que  somos herederos de  una  mansión  en las  altas montañas,  pero para llegar a ese  lugar  había  lecturas y  la  voz de  un hombre   que indicaban  el  camino .
Había frondosos  árboles los  cuales tenían  grandes  raíces.
El  viaje  estuvo  fantástico e inolvidable.

Gastón Carballo y su mamá Valeria



EL BOSQUE OSCURO DESAPARECIÓ
EN UN BOSQUE OSCURO….MUY OSCURO Y TENEBROSO, SE ENCONTRABA PERDIDA UNA VIEJA HECHICERA, DE ROPAJE NEGRO, BRILLOSO Y ALTO SOMBRERO, POCO LUJOSO.
ELLA SOLO TENÍA COMO OBJETIVO ENCOTRAR MEDIANTE UN HECHIZO LA FORMULA PARA QUE EL BOSQUE SE CONVIERTA EN UN MARAVILLOSO LUGAR YA QUE ASI ELLA TAMBIEN SE CONVERTIRÍA EN UNA HERMOSA Y JOVEN MUJER……COMENZÓ A BUSCAR Y BUSCAR EL ELEMENTO CLAVE. ERA UNA ANTIGUA CUCHARA DE MADERA QUE SU TIA MATILDA HABIA ESCONDIDO PARA QUE ELLA AL CRECER NUNCA CUMPLIERA SU DESEO…..
CAMINÓ, MOVIÓ, Y PASÓ CUANTO OBSTÁCULO SE LE PRESENTÓ…..
DE PRONTO MIRÓ HACIA ARRIBA Y ENTRE LA OSCURIDAD VIO UNA PEQUEÑA LUZ QUE TITILABA SIN PARAR….
CADA VEZ MAS CERCA…
PARECÍA QUE BAJABA MUY DESPACIO. SE ASUSTÓ Y QUIZO CORRER PERO UNA VOCECITA LA FRENÓ.
 SE QUEDÓ QUIETA,  PARECÍA UNA ESTATUA. GIRO  TEMBLOROSA  Y CON LOS OJOS CERRADOS.
  LOS FUE ABRIENDO DE A POQUITO, Y SE SORPRENDIÓ!!!!!!!! ERA UN SIMPÁTICO ENANITO CON UNA ENORME SONRISA BLANCA Y EN SUS MANOS LA CUCHARA DE MADERA QUE TANTO BUSCABA.
SE LA ENTREGÓ, ELLA LE AGRADECIÓ Y EL SIMPÁTICO ENANO SE FUE SALTANDO FELIZ.
 LA HECHICERA APUNTÓ AL CIELO PRONUNCIÓ UNAS PALABRAS MÁGICAS: TERE TIRIN…. TERE TURÚN… ADI CABALULUUUUÚN!!!!
DE PRONTO TODO SE ILUMINÓ UNA GRAN LUZ BLANCA, COMO LA SONRISA DEL ENANO APARECIÓ, EL SOL SALIÓ CORRIENDO LAS NEGRAS NUBES, LOS PÁJAROS EMPEZARON A CANTAR,  Y TODOS LOS ANIMALITOS SALIERON A FESTEJAR!!!!!
LA REINA DEL BOSQUE HABIA VUELTO AL LUGAR!!!! UNA HERMOSA Y JOVEN MUJER CON UN VESTIDO LARGO Y DE COLOR CORAL!!!!!!
Y ASI EL BOSQUE OSCURO DESAPARECIÓ!!!!!!
Sofía Tamagnini y su mamá Yanina


EL AUTOMÓVIL DE JUAN
Habrá una vez, en un futuro incierto, autos que piensen y decidan dónde llevar a sus dueños y allí sucederán historias como esta.
Juan trabajaba en un sitio que quedaba muy lejos de su casa, por lo tanto, tenía que levantarse muy temprano porque iba en bicicleta, entonces andaba todo el día cansado y se dormía en el trabajo, lo cual le causaba problemas con su jefe. Por temor a ser despedido, decidió comprarse un auto y así terminar con sus problemas; pero claro…. Nunca pensó que sus verdaderos  problemas recién comenzaban….
Al llegar a la agencia de venta de automóviles, vio a varios vendedores que estaban agrupados alrededor de sus jefes que estaban presentando un nuevo modelo, al poco tiempo se dieron cuenta que él estaba esperando y uno de ellos se acercó amablemente diciendo:
-Buenos días, ¿en qué lo puedo ayudar?
-Mire…, ando buscando… un autito, -dijo Juan con timidez-
-¿Alguno en especial?
-No… o Si… en realidad, tengo un problema, vivo lejos de mi trabajo y tengo que levantarme muy temprano y entonces…
-¡Ya sé!, no me diga nada – dijo el vendedor interrumpiendo- ¡tengo lo que usted necesita!, viene a ser la solución a todos sus problemas.... el Primer Automóvil Pensante, nosotros lo llamamos el PAP 3000, usted se sube y le dice: “PAP, llévame”, y él … ¡lo lleva a donde tiene que ir!.
-¡Maravilloso!-exclamó Juan- ¡lo quiero ya!, por el pago no se preocupe…
…. Y así siguieron hablando hasta que cerraron el negocio y un contento Juan salió a la calle con su nuevo automóvil y un contento vendedor vendió el primer PAP 3000 de la historia.|
Al subir al auto, se sentó y dijo…”PAP, llévame”… y el auto lo llevó a su casa, pero primero decidió pasar por el súper para hacer las compras, pero “ojo”, no lo decidió Juan…lo decidió el PAP 3000.
Al otro día, cerca de la hora de entrar a trabajar, Juan se subió a su auto y dijo…”PAP, llévame” y el auto, lo llevó. Salió por la calle de siempre, dobló en la esquina de siempre y… como se manejaba solo Juan decidió dormirse un ratito más. ¡Qué sorpresa se llevó al despertarse!, estaba EN LA PLAYA…, a kilómetros de su trabajo… y de su Jefe.
El muchacho no sabía si reírse o llorar, era un día hermoso, el sol brillaba y el mar se agitaba con un suave vaivén de brillantes olas… se bajó decidido a disfrutarlo, pero esto no lo tranquilizó, entonces, enojado, le dijo a su auto:
-Pero…¡¿vos pensás que esto está bien?!, ¿playa en vez de trabajo?
Y el auto prendió y apagó una luz
_¿Y eso qué significa?, ¿Si?
… y el auto prendió y apagó otra vez una luz.
-¡Ahhhh muy lindo! Y …. ¿con qué vamos a pagar la vacaciones?, si no hay trabajo no hay vacaciones, no hay plata para pagarlas.
.. y el auto prendió una luz y sonó cortito la bocina para decir que había entendido, y a continuación encendió el motor y abrió la puerta para que Juan se subiera, en segundos lo llevó hasta su trabajo, dónde llegó como siempre, un poquito tarde, pero esa fue la última vez que su jefe lo retó.  

Marcelo Rosales, Regina Natalli y su papá Pablo


THE HOUSE ANIMALS

EN UNA FIESTA, UN HOMBRE LOBO MERODEABA POR LOS ALREDEDORES DE LA MISMA, MIENTRAS LA GENTE SE DIVERTÍA, EN EL CUMPLEAÑOS DE MARISA, UNA DE LAS INVITADAS VIO QUE ALGO QUE  SE  MOVÍA POR ENTRE LAS RAMAS, ENTONCES DIJO:
-ALGO SE   MUEVE AFUERA, ME  DA MIEDO.¿QUÉ SERA??
REPENTINAMENTE  TODOS  SALIERON AFUERA Y  VIERON QUE ALGO SE ALEJABA.DECIDIERON ENTONCES LLAMAR  A LA POLICÍA PERO CUANDO ELLA LLEGÓ LA COSA EXTRAÑA  YA SE HABÍA ALEJADO DE ESE LUGAR.
LOS POLICÍAS COMO ERAN MAS ASTUTOS SE SUBIERON A UNA CANOA Y LO PERSIGUIERON POR EL RÍO OSCURO, RECORRIENDO EL LUGAR PUDIERON ENCONTRAR AL INDIVIDUO Y SE TOMARON POR SORPRESA DE QUE ESA PERSONA A LA QUE SUPONÍAN ERA UN MAL VIVIENTE  RESULTÓ SER UN HOMBRE LOBO. LO LLEVARON A UN HOGAR PARA ANIMALES SALVAJES LLAMADO “THE HOUSE ANIMALS “

Ana Paula Sattler y su mamá Alicia

DISFRUTAR DE UNA BUENA FIESTA EN CANOA Y LUEGO EN HELICÓPTERO

El día viernes a la salida de la escuela con mis compañeros armamos una fiesta en la casa de Anita.
Jugamos y  nos divertimos muchísimo, su papá nos invitó al club caza y pesca, algunos pescaron y otros anduvieron en canoa.
A la noche hicimos campamento y al otro día nos levantamos, desayunamos y volvimos del campamento, pero eso no fue todo,  lo último que hicimos fue lo mejor … subimos a un helicóptero,  Estuvo buenísimo!!!!!!
VIVA LA FIESTA  EN CANOA!!!!

Francisco Chingolo y su mamá Carolina





EL HELICÓPTERO ENCANTADO

    Una hermosa noche de verano, donde brillaban miles y miles de estrellas, justo en dirección a la luna llena y llegada las doce de la noche se comenzó a escuchar una linda y suave música, la cual logró despertar en medio de un Bosque Oscuro a todos los animalitos que vivían ahí.
    El Rey León, que era el jefe del lugar, dijo…¿qué está pasando? ¿Por qué todos bailan y cantan?
 La dulce ardillita  le dijo…mmm es que está por  llegar en el helicóptero presidencial “Caperucita Azul”, la modelo más conocida de los bosques, y yo ya estoy preparada para hacerle una larga entrevista.
    Bueno, bueno…entonces debido a esa gran noticia, tendremos que organizar una linda fiesta. Tomaré mi auto y me iré a la ciudad en busca de alimento, cotillón, música y ropa de gala…esta fiesta no puede fallar.
    El cielo se puso de color rosa brillante y de pronto Caperucita comenzó a descender,  la vimos asomada en la ventana del helicóptero…¡qué bella!, gritamos todos.
 Cuando tocó tierra, creció la alegría en el lugar, y así comenzó la hermosa y tan esperada fiesta.
    Todos alegres y muy felices pasaron un hermoso día.

“COLORÍN COLORADO EL CUENTO DE LA CAPERUCITA AZUL HA TERMINADO”
Sofía López,  Valentina Ellena y su mamá Roxana



LA CASA DE LA MÚSICA

LES VOY A CONTAR UN CUENTO SOBRE MI FAMILIA QUE ESTA UN POCO LOCA PORQUE LE GUSTA MUCHO LA MÚSICA.
LES CUENTO, A  MI PAPÁ JUAN LE GUSTA TOCAR EL ACORDEÓN, A MI MAMÁ  LUCRECIA LE GUSTA EL PIANO.
 SOMOS TRES HERMANOS, EL MAYOR SE LLAMA  FRANCISCO, LE GUSTA TOCAR  LA FLAUTA,  YO QUE SOY DEL MEDIO ME LLAMO
FLOR Y ME GUSTA TOCAR LA GUITARRA  Y MI HERMANO, EL MAS CHIQUITO SE LLAMA TOMASITO, POR AHORA ROMPE PLATOS Y GOLPEA LAS OLLAS.
UNA VEZ FUIMOS A LA CASA DE UN VECINO A DAR LA PRUEBA DE MÚSICA  SUPUESTA MENTE ERA UNA PRUEBA MUY SERIA Y TERMINAMOS TODOS MUERTOS DE RISA Y VOS QUÉ PENSAS QUE NOS GUSTA HACER.
 A PARTIR DE ESE DÍA NOS GUSTA JUNTARNOS Y TOCAR TODOS LOS INSTRUMENTOS JUNTOS, PARA REÍRNOS DE NUESTRA MÚSICA Y TODOS LOS VECINOS SE SIENTAN EN LA VEREDA A ESCUCHARNOS PARA TENER ALGO DE QUÉ REÍRSE MORALEJA, VIVÍ FELIZ TODOS  LOS DÍAS.


Celeste Iglesias, Micaela Ponce y su mamá Carina


EL FUGITIVO INVENCIBLE
Había una vez un fantasma llamado César que decía mentiras,  muy miedoso se asustaba por todo, hasta con la sombra del pasto.  Un día fue a un bosque oscuro, encontró una cartera con dólares, estaba muy feliz, los saco  y tiró la cartera, como lo había visto un cazador que andaba por el lugar, a la mañana siguiente lo fue a buscar la policía. Él decía muchas mentiras, entonces dijo que se lo regalaron para su cumpleaños, pero no supo decir quién se lo regaló. Le quitaron la plata y lo llevaron a la cárcel, pero al ser un fantasma atravesó la pared y la policía no podía entender porqué no estaba en  la celda, si no había nada roto, ni la puerta abierta.
Los policías  salen a perseguirlo armados hasta los dientes, cuando lo encuentran disparan todos juntos, destruyen  edificios, casas, autos, perros y asombrados observan que él sigue moviéndose muy pancho.
Tienen que buscar otra estrategia y  deciden llamar a la madre , le ofrecen 9.000.000 de dólares para que  lo atrapen, la mamá, también fantasma, lo lleva de las orejas al baño de su casa, lo deja encerrado, hace tanto lío que cae al inodoro, la mamá entra y tira la cadena y cae en una cárcel que la policía tenía en las alcantarillas,  de ahí no podría nunca más escapar... , pero por casualidad, cayó entre las cosas que subían a un cohete y parte a la luna, el cohete se rompe y termina en Marte!!!!! OOOhhhhh…..NUNCA  MÁS PUDO ESCAPAR…….


Gonzalo Ferrari, Stéfano Battagliero, Santiago Tonda y su mamá Griselda



EL MISTERIO DEL CASTILLO TENEBROSO

Había una vez en un pueblo llamado LUISIANA un misterio de un castillo abandonado.
Estaban los mejores amigos llamados: Mariela, Rody, Gonzalo y Ayrton, que trataban de descubrir el misterio de ese castillo.
En una tarde de verano lo llamó la curiosidad de entrar a  ese lugar para investigar.
Pero grande fue la sorpresa, porque se les apareció un muerto!!!!!!!!.
Los amigos usaron su celular para llamar a la policía, cuando estos se hicieron presentes, el muerto y los chicos se hicieron amigos pero Rody temblaba de miedo.
Así que todos vivieron felices para siempre.

Gonzalo Aguilera, Ayrton Bais, su mamá Mariela  su papá  Rodi 



LA MÚSICA EN LA FAMILIA
Cuenta  la historia   de una numerosa familia, la cual varios de ellos se dedicaban a la   música, unos tocaban instrumentos, otros pensaban las letras de sus canciones.
Actuaban en cenas  show, mientras muy oculto los observaban las discográficas famosas y los ponían a prueba para que en el momento indicado, golpeen la puerta de su  casa para proponerles grabar sus discos. Ellos responden con risa y sorprendidos. El líder de la familia sale y dice:
- ¿Pensás que es tiempo y momento para la fama?
- Sí, ya es hora, lo veo con un gran futuro.
Finalmente estos buenos señores lograron que la familia cante en conciertos con una multitud de público.

Micaela Romero y su mamá Vero.



EL OVILLO

Hace añares que no llueve, el suelo está reseco alrededor del rancho de la familia Cañete. La bomba no tira una gota más. El padre se fue hace un mes a cazar peludos y todavía no volvió. La madre lidia con un montón de hijos en vacaciones. Están tan sucios que no se sabe si son rubios o morochos, nenas o varones. La cabra y el cabrito parecen muñecos de alambre. Los frutales sólo servirían para leña.
  Al fin la madre dice: -Vayan todos a buscar algo de comer. Y allá se van corriendo. Rocío es la más chica, y toma por otro camino, con su perro Serafín pisándole los talones. La madre se pone a amasar su último pan, con harina de yuyo seco y un poco de baba de cabra, y de paso canta una copla que dice: No quiere llover, sale una nube y se vuelve a perder…
  Así pasa el día y los chicos van volviendo, más sucios todavía. ¿Qué encontraron? ¡Claro, una pelota perdida, tres figuritas y unos cascotes!
  Los ladridos de Serafín anuncian a Rocío: vienen rendidos, con la lengua afuera y los pelos llenos de abrojos. ¿A ver qué basura encontraron ustedes?
  Rocío muestra el puño cerrado, le da vergüenza abrirlo, pero al fin estira los dedos uno por uno. ¿Qué es? ¡Bah! Un ovillito de hilo celeste muy enredado.
-      Ni para remiendo  sirve- dice la madre- pero no acaba de hablar cuando el ovillo se escapa de la mano de Rocío… se desanuda solo y resulta que es un hilito de agua, que empieza a viborear y rodar, y cuando sale del rancho se convierte en arroyo, y el arroyo canta y da vueltas y engorda y crece y todos miran, se quedan como de palo, los ojos como el dos de oro.
  La cabra y su cría beben hasta reventar. Entonces los chicos chapotean y vemos que son lindos, rubios y morochos, cuatro varones y tres nenas, contando a Rocío, que va a buscar un jabón.
  Juntan agua en todos los cacharros que tienen y se van a dormir con hambre pero al fin sin sed. Tienen miedo de que al amanecer el hilo de agua se haya desaparecido como un sueño.
  Cuando despiertan, el sol ya está redondo y el río sigue allí. ¡Qué misterio misterioso, señores! Durante la noche han nacido brotecitos muy verdes, ha vuelto el benteveo a bañarse y pronto vuelve también el padre, con un atado de choclos y tres huevos de ñandú. ¡Ja!
  ¡Y todos contentos, gracias a Rocío y su ovillito de hilo celeste, que no era más que agua dormida al pie de un sauce amarillo!

María Elena Walsh

El chico que estaba adelantado

   


              
     Esa mañana, Miguel se levantó antes que él. Es decir, antes que él mismo.
     Fue al baño, y encontró que ya estaba cepillándose los dientes, y, mientras se lavaba la cara, notó que ya se la estaba secando.
     Todo el día fue así: mientras subía al colectivo vio cómo ya estaba sentado en el asiento del fondo, al lado de la ventanilla, en clase, levantó la mano justo después de haber respondido a la pregunta de la maestra, y, en el recreo, se colocó detrás de él mismo en la cola del quiosco.
     Comió los fideos mientras pelaba la manzana del postre, y se sentó al lado suyo a hacer la tarea (cada cosa que leía en el libro de historia parecía que ya la había leído antes).
     Miró un rato la tele antes de irse a la cama (los dibujitos animados empezaban y terminaban al mismo tiempo), y, por la ventana de su dormitorio, vio cómo brillaba esa luna que ya se había ocultado detrás de unas nubes.
     “Es normal, eso pasa cuando estás creciendo”, le había dicho su mamá mientras cenaban.
     De todos modos, al irse a dormir, Miguel retrasó un poquito el reloj que estaba sobre su mesa de luz.

        Douglas Wright



TODOS LOS DÍAS UN POQUITO


Li Bai era un pequeño chino  que se sentía muy mal porque su cuaderno estaba muy desprolijo. Lleno de tachones y con algunas orejas en las hojas. Le daba tanta vergüenza mostrarlo que nunca se lo daba a su seño para que lo corrigiera. Y así había muchos malentendidos.
Pero un día pasó cerca de un río y vio a una señora que estaba frotando una barra de hierro contra una roca.
Li Bai no entendió nada, entonces se animó a preguntarle:
-Señora, ¿me puede contar porqué frota el hierro contra la roca?
La señora le dijo:
-Porque yo soy costurera y necesito una nueva aguja.
-Pero va a tardar miles de años en hacer una aguja con ese mecanismo.
La anciana le contestó sonriente:
-Si hoy la froto, mañana continúo y lo hago así día tras día, la barra se irá convirtiendo en la aguja que yo necesito. Sólo hace falta tener paciencia y ser constante.
Li Bai saludó a la señora y esa noche no se podía dormir pensando en lo que le había dicho, hasta que de pronto  saltó en la cama y fue corriendo a despertar a sus papás. Les contó lo que había sucedido y les dijo:
-Esa señora tiene razón. Si todos los días cumplo con mi trabajo y trato de mejorarlo, llegará un momento que me saldrá perfecto. ¡Como yo quiero que me salga!
Voy  a tratar de ser prolijo en mi cuaderno todos los días. Se los prometo.
Y así fue como Li Bai se esforzó muchísimo y al cabo de unos meses llegó a su casa feliz. ¿Saben por qué? Sus compañeros habían elegido a su cuaderno el más prolijo de todo el grupo.
¡Bravo por Li Bai!


EL VIAJE DE LA BUENA ALIMENTACIÓN



Había una vez  una locomotora que debía llevar los animales del circo por distintos lugares.
Llegó el día de partir, todos estaban preparados. Era ya la hora. Sonó el silbato y ...¡Pufff! Nada. La locomotora no arrancaba.
Lo único que se escuchaba eran los gritos de los animales: ¿Qué pasa? ¿Qué pasa?
Don Ciruelo, el que maneja la máquina, se enojó tanta, tanto que se puso todo colorado, tan colorado que parecía una brasa, él no entendía nada. No entendía porque la locomotora no quería arrancar. Hasta que escuchó la voz de la máquina que le dijo:
_Ciruelo ¿es que te has olvidado que es la hora de desayunar? Si no, no puedo caminar. Nosotras las locomotoras igual que ustedes, los seres humanos, debemos alimentarnos cuatro veces al día: DESAYUNO, ALMUERZO, MERIENDA Y CENA.
-   ¡Tiene razón! ¡Tiene razón! – gritaban los animales atrás de la máquina – Ud., Don Ciruelo, porque ya desayunó pero ella no, y por su culpa estamos todavía aquí. ¡Rápido! ¡Dele de beber el agüita que necesita y continuemos!
Así lo hizo y pronto la maquinita corría por esos caminos traviesos.
Los animales contentos habían hecho grandes carteles que anunciaban las cuatro comidas principales, y cada vez que llegaba la hora de ellas, se los mostraban a Don Ciruelo y no sólo comía la maquinita, sino también Don Ciruelo y los animales.
¡Y ... claro!, para poder andar bien hay que respetar el horario de las comidas ¿No? 




 ¿Por qué el gallo canta tres veces?





    En tiempos muy antiguos, el gallo tenía la cola más bonita del mundo: azul, con adornos de colores, tornasolados reflejos y hermosos dibujos. En cambio, el Pavo Real iba con el trasero al aire, las cuatro plumitas que llevaba atrás no eran dignas del nombre de “cola”.

   El Pavo Real le tenía envidia al gallo, por eso un día fue a verlo y le rogó: - Gallo, ¡eh, gallo! préstame tu cola tengo que ir a una boda y quisiera estar precioso.

- ¡Qué ocurrencia! - Contestó el gallo - ¡Las colas no se prestan nunca!

- ¡Pero si yo te la devolveré... – Afirmó el Pavo Real.

- ¿Y... cuándo me la devolverás?

- En cuanto vuelva de la boda.

- ¿Y cuándo volverás?

- Depende de cómo sea la boda: puede que vuelva al anochecer, a media noche, o a lo mejor, ¡estamos divirtiéndonos hasta la madrugada!

- Bueno, pero no más tarde – dijo el gallo - , porque si no a la mañana las gallinas se reirán de mí.

    El Pavo Real le prometió que se la devolvería sin falta, entonces el buen gallo le entregó su cola y el Pavo desapareció al instante.

    Estuvo el gallo esperando y esperando a que el Pavo Real volviera de la boda. Llegó el anochecer, el sol se había ocultado ya, y el Pavo Real seguía sin venir.

    Saltó el gallo a lo alto de la cerca y empezó a llamar a gritos al Pavo Real, pero éste no venía.

  “¡En la boda, deben estar divirtiéndose de lo lindo!” - Pensó el gallo.

    Las gallinas se habían acostado ya y él estaba adormilado. Medio dormido, no paraba de pensar en su cola. Cuando quiso darse cuenta, era ya media noche y todo estaba en tinieblas.

“¡Ay, ay, ay!” – Se lamentó el gallo – “¿No se habrá perdido ése al volver de la boda?”

Y, sobresaltado, empezó a gritar: “¡ki-ki ri-kís!”. Estuvo largo rato grita que te grita, pero el Pavo Real no apareció.

  Volvió a quedarse dormido, pero el recuerdo de la cola no lo dejaba dormir a gusto. Soñaba que el Pavo Real volvía de la boda y que unos ladrones lo atacaban y le quitaban su preciosa cola.

    Al amanecer, el gallo se levantó de un salto: “¿Habrá venido el Pavo Real?” –Pensó. ¡No, no había venido! Y de nuevo empezó a llamar a gritos: “ ¡ki- ki- ri- kí! ¡Pavito bonito, ven aquí!”

    ¡Qué había de venir! Durante la noche, había llegado muy lejos, hasta la misma India y se había instalado allí.
     Muchos años han pasado, muchas cosas han sucedido, al gallo le ha crecido ya una nueva cola, pero, por más esfuerzos que hace, no puede calmar su dolor.
   Por eso, desde entonces, todas las noches canta tres veces, pensando: “¿Quién sabe? Puede que, alguna vez, me devuelva el Pavo Real mi antigua cola.


EL VIENTO, EL SOL Y SIMÓN
El viento y el sol discutían un día. El viento presumía por lo fuerte que era, y el sol sonrió y dijo: - Puedes soplar todo lo que quieras. Yo soy más fuerte que vos.”
   El viento miró a su alrededor y vio a un niño que iba de compras y que llevaba puesto un sacón de lana.
   Entonces el viento dijo: - Mirá, vamos a ver quien consigue que ese niño se saque el abrigo  de lana antes de llegar al mercadito. Así sabremos quién de los dos  es el más fuerte.
  El viento aspiró con fuerza, hinchó los cachetes y sopló. La repentina ráfaga de viento hizo caer al niño, que se llamaba Simón.
 - ¡Vaya, qué viento! - Exclamó Simón, mientras se levantaba y se abrochaba el abrigo.
 El viento se volvió entonces hacia el sur. Inspiró el aire helado del cielo y sopló de nuevo, pero esta vez más fuerte que antes. Entonces una terrible tormenta de granizo comenzó a caer de las nubes.
- ¡Qué frío! – Gritó Simón, mientras se subía el cuello de su abrigo. Simón, de tanto frío, comenzó a correr y correr.
  El viento sopló hasta que se quedó sin una pizca de aire. pero, por más que sopló y sopló, no consiguió que Simón se sacara el abrigo.
- Ahora me toca a mí - dijo el sol. Éste empezó a brillar en el cielo azul, y sus dorados rayos cayeron sobre la espalda del niño dándole calor. Simón entonces se desabrochó un botón del saco...
 El sol sonrió muy contento y brilló con más fuerza que nunca. Así, cada vez hacía más y más calor.
- ¡Uf! – suspiró Simón y se desabrochó dos botones más...
El sol siguió lanzando con fuerza sus rayos. Simón estaba llegando cuando dijo: - No puedo dar un paso más con este sacón de lana, ¡tengo mucho calor! Entonces el niño se quitó el abrigo.
- ¿Lo ves? - Le dijo el sol al viento, -  he ganado porque mis suaves modales son mejores que tus furiosos resoplidos.



LA ZORRA Y LAS UVAS

En un campo había una alta parra con unos hermosos racimos de uvas, bien brillantes y jugosos. Una zorra que pasó por allí, al verlos no pudo evitar que se le hiciera agua la boca y se quedó mirándolas desde abajo.
   En ese momento llegó un cuervo y le preguntó: -¿Querés este apetitoso racimo de uvas? A la orgullosa zorra le dio vergüenza reconocer que no podía llegar hasta ellas, entonces le contestó: -No, no las quiero porque están verdes.
    El cuervo, sin darle importancia, comenzó a comerlas y riendo le dijo: - ¡Consolate como quieras, pero estas uvas están en su punto justo!
   Si me las hubieras pedido, te las habría dejado sin problema. Pero por orgullosa, vas a quedarte mirándolas.
    La zorra bajó la vista y se fue con la cola entre las patas y con más hambre que antes.


LOS DUENDES Y EL ZAPATERO 
     Había una vez un zapatero que estaba cortando el poco cuero que le quedaba para hacer un par de zapatos, cuando se dio cuenta de que era muy tarde y apagó la luz...”mañana sigo”, se dijo.
     Todo quedó a oscuras. De pronto, un resplandor volvió a iluminar la habitación y entraron dos hombrecitos diminutos y sin ropa. Se subieron a la mesa del zapatero y trabajaron hasta que los zapatos quedaron terminados.
     A la mañana siguiente el asombro del zapatero fue tan grande que se puso a saltar de alegría. Después tomó los zapatos y dijo: “¡son los más lindos que jamás he visto”! No tardó en pasar por allí un señor que los vio y tanto le gustaron que le dio al zapatero muy buen dinero para ellos.
   - ¡Ahora podré comprar cuero! –dijo el hombre muy contento. Y así fue. Salió a comprar y apenas volvió empezó a cortarlo para hacer dos pares de zapatos. Se pasó el día trabajando y por la noche, ya muy cansado, se fue a dormir.
     Al rato entraron los hombrecitos y en un segundito acabaron la labor.
     A la mañana siguiente, el zapatero vio los zapatos terminados, y era tanta su alegría que no paraba de saltar. No tardaron en llegar los compradores. Recibió entonces el dinero, salió a buscar lo que le hacía falta y cortó cuatro pares de zapatos. Claro que esa noche, en vez de irse a dormir, llamó a su mujer y le preguntó: - ¿Qué te parece si nos escondemos y averiguamos quién es el que nos ayuda?.
     Así lo hicieron y al rato llegaron los hombrecitos y se pusieron a trabajar.
- Estos duendecitos nos han ayudado y deberíamos mostrarles nuestra gratitud – dijo la mujer del zapatero mientras su esposo no paraba de festejar -. ¡Van desnudos y deben de tener frío! Les voy a hacer unos pantalones y unos chalecos. Vos les harás un par de zapatos para cada uno.
     Al zapatero le encantó la idea, así que por la noche dejaron los regalos encima de la mesa y se escondieron para ver lo que pasaba.
     Cuando llegaron los duendes, en vez del cuero, se encontraron con los regalos. Al principio dieron saltos casi tan graciosos como los del zapatero. Pero en seguida decidieron vestirse y partir.
    Cantaban esta canción: “ahora que vamos calzados nosotros podemos seguir ayudando a los otros.”
- ¿Oíste? – preguntó el zapatero a su mujer -, ya no volverán.
 -No importa – le contestó ella -. Con lo que nos ayudaron podremos ser felices toda la vida.



LOS DOS AMIGOS Y EL OSO

Caminaban los amigos por la misma senda cuando se les apareció un oso.
     Uno de ellos subió rápido a un árbol y ahí se ocultó; el otro, al verse en peligro de ser atrapado, se tiró al suelo y fingió estar muerto.
     El oso se acercó a éste y le pasó el hocico por todo el cuerpo, pero el hombre retenía la respiración, porque sabía que este animal no toca los cadáveres.
     Cuando el oso se hubo alejado de allí, descendió el que estaba en el árbol y preguntó qué le había dicho el oso al oído.
     -Que en lo sucesivo no viaje con amigos que me abandonan en el momento de peligro – contestó el otro.
                                                                                           ESOPO

Moraleja
Los amigos verdaderos se reconocen siempre a la hora de la necesidad.” 


PISOTÓN EN ALTA MAR

      Una mañana el barco se sacudía en medio del mar picado. Las olas habían mojado bastante la cubierta. En un charquito se entretenía el sapo. Feliz y contento, aunque el agua no era dulce.
    En eso el burro, medio mareado, ¡va y lo pisa al sapo!
-          ¡Eh! – gritó el sapo -. ¿No ve que hay gente? Pero el burro se hizo el sordo, y al darse vuelta lo pisó de nuevo.
-          ¡Epa, amigo! – gritó el sapo -. Ya le dije que acá hay gente.
     El burro miró para abajo. - ¡Qué vas a ser gente vos! Si sos un sapo...
-          ¡Yo soy más gente que usted! – contestó el sapo -. Vamos a hacer una guerra, y el que gane será más gente.
      El burro quedó encantado, porque estaba segurísimo de que iba a ganar. Y se pusieron de acuerdo en que la batalla sería el próximo domingo.
     El burro empezó a armar su ejército. Recorrió la embarcación invitando al tigre, al león, a la pantera, al jaguar, al cocodrilo, al zorro... y a todos los animales feroces que pudo convencer.
     El sapo fue a la bodega y se consiguió una calabaza grandota. Por un agujerito vació las semillas y les pidió a los mosquitos, a los tábanos, a los abejorros, a las avispas....que se metieran adentro.
     Los demás animales (ciervos, flamencos, conejos, jirafas...) miraban curiosos los preparativos del burro. Pero nadie se imaginaba qué había hecho el sapo. Por eso el burro mandó al zorro de espía para saber en qué andaba su rival.
-          Ya tengo todo listo, don zorro – dijo el sapo.
-          ¿Y dónde está el ejército? – quiso saber el zorro.
-          Acá adentro – contestó el sapo y sacudió la calabaza.
     El zorro se rió a carcajadas. Entonces el sapo destapó un poquito. Salió una avispa y se le prendió al zorro en la cola y lo picó un montón de veces.
     El zorro salió corriendo y se tiró agua para aliviarse de la picazón. Casi se ahoga, de no ser por un delfín que lo sacó a flote de un coletazo. Un elefante bajó la trompa, y el zorro trepó a bordo.
     En seguida fue a contarle al burro que el sapo ya estaba listo. Pero como le daba vergüenza decir que el sapo había sido más astuto que él, no le explicó lo de la calabaza.
     El domingo, bien temprano, los demás animales se reunieron en cubierta para mirar la guerra. El burro salió con su ejército al encuentro del sapo.
     Cuando se le vinieron al humo, el sapo destapó la calabaza. Salieron zumbando las avispas, los mosquitos, los tábanos y los abejorros y empezaron pica que pica...
    Nada se salvó: cejas y orejas, bocas y patas, panzas y garras, lechiguanas, todito para él.
     A todo esto, el zorro, escondido prudentemente entre los animales del público, les gritaba:
“¡Al agua, compañeros,
que la batalla está perdida!
¡Váyanse tirando
que les doy los salvavidas!”

Cuento folklórico argentino



 LA VIZCACHA CONSUMISTA
        La vizcacha salía de noche a comer granos que encontraba por los campos, pero lo que más le entusiasmaba era recorrer sus pagos en busca de cachivaches que luego amontonaba en la puerta de su cueva.
      A los trapitos, lanas e hilos, los llevaba para adentro, así armaba una verdadera colección. Le gustaba tener muchas cosas, sin importarle si le servían o no. A veces salía de recorrida con otras señoras vizcachas de la vecindad y luego de un fatigoso día venían cargadas con muchos paquetes, ufanas de tantas adquisiciones. Luego los desenvolvían, los miraban embelesadas, los amontonaban y lo demás era horas de charla de lo que habían conseguido. Los maridos, en tanto, aburridos del asunto se iban a jugar al tute.
-          Mire qué pichincha me hice con este resto de lana – decía la vizcacha a su vecina.
-          Fíjese qué maravilla esta media apolillada – comentaba la amiga más vieja.
     Así cada una ponderaba lo suyo. Estas vizcachas eran la envidia de otras señoras vizcachas de los alrededores que al pasar por sus guaridas les preguntaban dónde habían conseguidos tales maravillas. Había tarros, peines sin dientes, cucharas sin mango, jarros agujereados, piezas de batidoras, abrelatas herrumbrados, piezas sueltas de máquinas, en fin, todo lo que puede encontrarse en el supermercado de los bichos.
      El zorro que siempre andaba a la pesca de novedades y viendo si las encuentra distraídas para llevarse algún vizcachito para comérselo, suele comentar: - Se la pasan amontonando, pero no saben para qué. La cuestión es fanfarronear con lo que traen, charlan todo el día de sus cachivaches y no se preocupan de su familia. ¡Son de ricos los vizcachitos!                                   


EL ZORRO Y EL     QUIRQUINCHO
Hace mucho, mucho tiempo, el zorro era dueño de un campo. Como no le gustaba trabajar, un día formó una sociedad con el quirquincho para que se lo sembrara y compartiera con él la cosecha.
     Como el quirquincho tenía fama de ser poco inteligente, el zorro, que era famoso por su astucia, decidió engañarlo, y le dijo:
-          Este año, Don quirquincho, yo me quedo con todo lo que las plantas den arriba de la tierra. Y usted, con lo que den abajo.
-          Muy bien, Don zorro – contestó el quirquincho.
     El quirquincho sembró papas, y de pronto tuvo una excelente cosecha. Pero al zorro sólo le tocó una enorme cantidad de hojas inútiles.
     Al año siguiente, el zorro, muy desconforme, le dijo a su socio:
-          Este año, Don quirquincho, como es justo, yo me quedo con lo que las plantas den bajo tierra. Y usted con lo que den arriba.
-          Muy bien, Don zorro. Como usted diga – contestó el quirquincho.
     El quirquincho sembró trigo y llenó de espigas su granero. Paro al zorra le tocó una enorme cantidad de raíces inútiles.
     Al tercer año, el zorro, que aún no escarmentaba, le dijo a su socio:
-          Este año, Don quirquincho, como usted tuvo tanta suerte con las otras cosechas, yo me quedo con lo que las plantas den arriba y debajo de la tierra, usted con lo que den en el medio.
-          Muy bien, Don zorro. Así será – contestó el quirquincho.
     El quirquincho sembró maíz y llenó de mazorcas su granero. Pero al zorro le tocaron las flores y las raíces del maizal.
     El zorro, vencido y hambriento, le dejó el campo al quirquincho y se fue al monte. Allí vive desde entonces.

Y explica la moraleja, que por no haber sido honrado, el zorro, en vez de burlar, terminó siendo burlado.

El engaño como la mentira, tarde o temprano terminan volviéndose en contra de quien la utiliza.


¿Qué habría pasado si el zorro hubiera sido honesto con el quirquincho? ¿Y si el zorro hubiera trabajado junto con él? Y vos, si fueras Don zorro, ¿qué harías?, ¿por qué?



LA ZORRA Y LA CIGÜEÑA
 Había una vez una zorra que vivía en un hermoso bosque repleto de plantas y flores. Una tarde, mientras se miraba en el espejo de un río transparente, vio pasar una cigüeña picuda y cubierta de plumas blancas.
-          ¿Qué elegante! – pensó la Zorra, y enseguida tuvo deseos de hacerle alguna maldad.
      Después de pensar y pensar, se le ocurrió una idea brillante: la invitaría a comer a su casa y allí le daría una sorpresa.
La cigüeña aceptó encantada sin imaginarse que la astuta Zorra le tenía preparada una sorpresa desagradable.
     Cuando llegó el momento, la Zorra había preparado una comida sencilla y se excusó diciéndole a la Cigüeña que los tiempos estaban difíciles para realizar costosos banquetes. La Cigüeña, que era muy discreta, le contestó:
-          Doña Zorra, a mí todo me sienta bien mientras esté con tan agradable compañía.
     La Zorra se sonrió para sus adentros y entonces sirvió una bandeja de mimbre, dos platos muy chatos, llenos de sopa de carne y tomates.
      La Cigüeña se esforzó todo lo que pudo, pero no alcanzó a probar más que un sorbo de la líquida comida, pues su largo pico se lo impedía. Sin embargo, no se quejó.
     Mientras tanto, la Zorra engullía con su alargada lengua toda la comida y exclamaba: - ¡Está exquisita!... ¡Qué sabrosa!....¡Hum!
     Entonces, la Cigüeña tramó un escarmiento para la envidiosa Zorra. Y así fue que sin decir nada y disimulando su rabia, la cigüeña se despidió sin antes dejarle una invitación para la noche siguiente a fin de “devolverle su amable convite”.
     Así le llegó el turno a la Cigüeña. Esa mañana desde muy temprano, cocinó y cocinó apetitosos manjares. Cuando dio por terminada su labor, escuchó golpes en la puerta: la Zorra había llegado.
     El olor de la comida era tan exquisito que la Zorra no hacía más que elogiar la destreza de la Cigüeña.
     Finalmente, se sentaron a la mesa. Grande fue el asombro de la Zorra cuando advirtió que esos maravillosos manjares aparecían dispuestos en largas y finísimas copas, tan altas como el pico de la Cigüeña.
     La Zorra no dijo nada, pero aprendió la lección. No tuvo más remedio que observar con tristeza cómo la Cigüeña disfrutaba de la comida con delicados y ágiles ademanes.

SI NO LES GUSTA SER ENGAÑADOS, NO ENGAÑEN USTEDES A NADIE.

La Fontaine  


LA NOCHE DEL REPOLLO ELÉCTRICO

       En vuelo de reconocimiento, la cotorra pasó por la verdulería. Como tenía un hambre terrible, en un descuido del verdulero se comió al repollo eléctrico. Y se fue, volando rapidísimo, para que no la descubrieran.

     Al repollo, encerrado en la barriga cotorril, le dio como un patatús y se iluminó.

     Mientras tanto, la cotorra volaba indiferente sobre la carretera. Cuando dobló para el maizal donde vivía, medio sol rojizo bostezaba en el horizonte. El repollo robado se había puesto a encenderse y apagarse de a ratitos, como las luciérnagas.

     La cotorra parecía un farol mientras arreglaba su nido en el árbol junto al maizal.

     Por supuesto que la vieron los perros y corrieron como rayos a esconderse, pensando que era la luz mala.

     Esa noche todos durmieron poco: la cotorra en su rama, con síntomas de indigestión; el repollo en la barriga, cansado de titilar; los perros acurrucados, temblando detrás de los barriles. Escondido en el maizal, el zorro no se había perdido detalle  y pensaba:

“¡Ésta es la mía.

Si no hay moros en la costa,

yo me zampo las gallinas!”

       Pasito a paso y con cuidado, el zorro se fue acercando sin ruido al alambre del gallinero...

       Fue entonces cuando la cotorra se despertó, muerta de dolor, y decidió que necesitaba un vaso de sal de frutas. Los perros,  que vieron acercarse una especie de linterna por los aires, aullaron bajito y se taparon más los ojos.

        Volando bajo por el estómago pesado, la cotorra se metió por la ventana del baño y abrió con la pata el botiquín. En cuanto vio el frasco de sal de frutas le sacó la tapa con el pico. Pero no tenía vaso y no podía maniobrar bien (ya se sabe que a las cotorras les falta algo tan importante como son las manos). Así que puso el tapón, llenó de agua el lavatorio, echó el frasco completo y empezó a tragar grandes tragos. Cuando le pareció suficiente, levantó vuelo de regreso al árbol.

         Mientras tanto, el repollo ecléctico, regado con agua efervescente, entró en cortocircuito: relampagueaba y se sacudía, echando chispazos alarmantes. Y empezó a crecer, a hincharse... en la barriga cotorril. Justo, justo cuando volaban sobre el alambre del gallinero (¡Ajjjj....! ¡ Glup....! ¡Puajj!), saltó como descarga a tierra por la boca de la pobre cotorra.

     Y justo, justo cayó al lado del zorro que estaba a medio atravesar el alambrado, justo, justo cuando el perro más audaz espiaba por arriba del barril.

     ¡Se armó una! Imagínense... al zorro no le alcanzaban las patas parea dispara a su guarida. Cuando todo se calmó, los perros se sintieron valientes otra vez. Sobre todo porque el repollo, aunque iluminado, estaba quieto.

     Así que lo pusieron en la huerta, de espantapájaros nocturnos. La cotorra volvió a su nido con el estómago aliviado y durmió toda la noche de un tirón. Ni se enteró del revuelo.

     A veces sale de noche para visitar a la lechuza; pero nunca pasa por la huerta porque cree ver la luz mala. Y dicen que le ha tomado tanto asco a los repollos que ni el olor les puede sentir.
     Carme Bavio



10 comentarios:

  1. ¿Cuál elegiste? A mí me gustó la fábula del zorro y el quirquincho.

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  2. A mí me gustó mucho el zorro y el quirquincho.

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  3. ¡Queremos más cuentos!¡Queremos más cuentos!¡Queremos más cuentos!

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  4. Nos gustó "LA NOCHE DEL REPOLLO ELECTRICO" :D
    MARTINA:Me encantó el trabajo de la maratón,SALIMOS PRIMERAS!!!!
    GRETEL: Me encantó el cuento, estuvo re divertido! LA MARATóN FUE GENIAL! SALIMOS PRIMERASSSSSSSSS !


    Martina Baninetti y Gretel Gusmar Boehler. C;

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  5. A nosotros nos gustó: ''El chico que estaba adelantado''
    La maratón estuvo re-buena, salimos 2°'s, pero bueno algo es algo, :D.
    -Leandro G. y Francisco A.

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  6. Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

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  7. A nosotras nos gustó más el cuento "El niño adelantado"
    Iara y Lola

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  8. A nosotras nos gustó:"El repollo eléctrico". También nos gustó mucho la maratón.
    Vicky y Giuli

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  9. PONGAN CUENTOS DE OSCAR SALAS!!!!!
    Ej: "El cuco ya fue"
    ESTÁ MUUUY BUENO!!

    Vicky Torti

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  10. Yo no estuve en la maratón pero me encanto "el repollo eléctrico"

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